Revista Internacional de Poesía:
"Poesía de Rosario" Nº 22

Hernán Darío Carro

Mujer

 Somos caricias que en la piel se bordan

cuando junto a las sombras

tus deseos me nombran

y nos conocemos con premura durante la penumbra

que siembra la luna que nos alumbra

hasta el amanecer.

Navego en las entrañas de tu ser

para volver a nacer

entre tus piernas, mujer.

 

Quisiera

Quisiera amarnos durante el resplandor que nos da la luna

y recorrer tu cuerpo con mis versos

hasta que nos descubra el alba

 

Quisiera desnudarte el alma

y acariciar tus besos con mi boca

hasta que tu piel susurre mi nombre.

 

Quisiera habitar en el jardín de tus pensamientos

sembrar dudas y certezas

aprendernos, comprendernos.

 

Quisiera ser tu viva esperanza

tu deseo, tu consuelo,

porque en vos todo es nuevo y eterno

como la primavera.


Encuentro todas las respuestas en tu vientre

cuando la tarde se aquieta

y mis manos mansas recorren tu cuerpo

mientras cae la aurora

 

El eco de tu voz me nombra entre sombras

cuando mis deseos queman en tu piel

y bebo el fuego de nuestra pasión

mientras la luna nos refleja desnudos
 

las aves en el cielo gritan nuestros nombres,

el viento de la noche canta en el río

y te acaricio con versos que tejen mis labios

hasta que regrese el alba.

  

Recordándote recorriendote 


Recordándote recorriéndote toda 
cuando tu olvido no existía 
y la madrugada nos envolvía 
para que no nos tocase la melancolía. 

Recorriéndote toda te recuerdo ahora que tu reflejo se asoma en el ocaso

y siento tus deseos en mi piel cuando vuelvo a crearte en sombras que teje mi memoria. 

...y me surges aquí en cada rayo de sol que me nutre...

...y me urges aquí en cada verso que respiro...

...en cada silencio que te nombra.

 

Hernán Darío Carro.

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